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Los periodistas siempre han considerado que su formación universitaria ha sido mala. De hecho, más del 60% de los periodistas cree que las enseñanzas que recibieron en las aulas universitarias no han sido las adecuadas para ejercer la profesión, según una encuesta realizada por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).
La desconfianza existe en todas las partes implicadas en el proceso. Por un lado, los estudiantes de Periodismo se cansan y pierden la motivación ante una formación que consideran teórica y repetitiva.
Por otro lado, muchos profesores, que hacen trabajos de investigación muy interesantes, se sienten frustrados porque creen que los medios de comunicación que analizan desprecian su labor.
Y los periodistas que trabajan en los medios perciben que los alumnos que llegan a las redacciones para hacer sus prácticas tienen una escasa preparación y no conocen las reglas básicas del oficio.
Frustración, decepción y pérdida de tiempo
Esta situación no es nueva. La sensación viene de hace muchos años. En mi época, cuando estudié Periodismo, muchos también teníamos con frecuencia ese sentimiento entre pérdida de tiempo, frustración, decepción e inutilidad durante muchas de las horas que pasábamos en el aula.
Pero sinceramente no estoy tan seguro de que la formación que se imparte en las facultades de periodismo esté tan alejada de la práctica profesional. Ni ahora ni antes. Para empezar, porque muchos de los profesores que hoy dan clase en la universidad son profesionales en activo, que trabajan en un medio de comunicación, o lo han sido y cuentan con una amplia experiencia.
Es cierto que todos hemos tenido en la universidad profesores que no nos motivaron o que simplemente leyeron su libro, previa indicación de que comprarlo era obligatorio. Pero también tuvimos alguno que nos motivó, que nos trasladó su pasión por la profesión y que nos enseñó las bases del oficio.
También hay que reconocer que en muchos casos puede existir un problema con asignaturas desfasadas en su contenido o con planes de estudio caducos y que no se actualizan con la rapidez necesaria porque, en algunos casos, la agilidad del sistema universitario no es la que nos gustaría. Por ejemplo, estaría bien introducir en la universidad materias relacionadas con el SEO o la analítica web, pero ¿en lugar de qué asignatura?
Actualmente se ha puesto de moda el periodismo de datos. Genial, es una especialidad del periodismo que se va a desarrollar en el futuro y que podría impartirse como una asignatura en la universidad, pero ¿para todos los alumnos? ¿No habría primero que asentar unos conceptos mínimos básicos sobre estadística en los estudiantes para que aprendan, por ejemplo, a diferenciar una media de una mediana o a interpretar el margen de error en una encuesta?
Tantos planes de estudio como periodistas
Seguro que si analizamos los planes de estudio de diferentes universidades, cada uno de nosotros tendría una opinión sobre qué materias habría que añadir, cuáles reducir o, incluso, eliminar.
Al igual que cada aficionado al fútbol tiene dentro de sí un entrenador o un seleccionador nacional y opina qué jugadores deberían ir o no a la selección, cada periodista tiene una opinión diferente sobre cómo deberían ser los planes de estudio de Periodismo.
Estoy convencido de que si hiciera una encuesta, por ejemplo, a 30 periodistas diferentes y les pidiera que me dijeran qué asignaturas debería tener la carrera de Periodismo, me encontraría con 30 respuestas muy diferentes, y en algunos casos hasta contradictorias.
La responsabilidad del alumno
Evidentemente cuando una persona se forma, bien en la universidad o en cualquier curso online o presencial, debe reclamar, exigir y aspirar a una enseñanza de calidad, faltaría más.
Creo que hoy en día, la formación que se imparte sobre Periodismo en las universidades españolas cumple, en líneas generales, unos estándares básicos de calidad.
No pretendo aquí analizar el estado de los planes de estudio de las facultades de Periodismo. Precisamente acabo de leer un libro que te recomiendo: ‘Periodistas (in)formados’, de Pilar Sánchez-García, que recorre todo un siglo de enseñanza periodística en España y muestra cómo han evolucionado los planes de estudio en las diferentes universidades.
Más que analizar cuáles son los planes de estudio actuales, me interesa apuntar un aspecto que me parece fundamental y que muchas veces se olvida: la responsabilidad personal del alumno en su aprendizaje.
En mi opinión, más allá del conocimiento de herramientas concretas, el paso de un futuro periodista por la universidad le debería servir para hacerse una imagen general de la profesión, aprender y dominar los fundamentos básicos del oficio, desarrollar un espíritu crítico y analítico de la actualidad y convertirse en un periodista experimentador.
La mayoría de los periodistas creo que somos conscientes de los cambios que está sufriendo el oficio, y en el caso de alguien que comienza a estudiar Periodismo, el tránsito por la Universidad debería servir precisamente para eso, para darse cuenta de que esta profesión está en un profundo cambio.
Experimentar durante la carrera
Por eso, tanto los periodistas que estamos en activo como los que están estudiando debemos darnos cuenta de que no nos queda otro remedio que desarrollar un proceso de formación o de reciclaje profesional para adaptarnos a estos cambios.
Creo que actualmente a los periodistas no nos queda otro remedio que ser emprendedores, pero emprendedores en el sentido amplio de la palabra. No digo que cada uno tengamos que montar un medio de comunicación, no, ni mucho menos.
Me refiero a que los periodistas debemos buscar nuestras propias oportunidades laborales, permanecer en un estado constante de experimentación, aprender nuevas herramientas y afrontar nuevos retos.
Estas recomendaciones deben servir tanto para los periodistas en activo como para los que se han quedado fuera del mercado laboral, y también para los jóvenes que quieren emprender (y utilizo esta palabra a propósito) su propia carrera profesional, que no será fácil.
La responsabilidad de un alumno que estudia Periodismo es saber aprovechar los conocimientos que va a recibir durante su estancia en la universidad y extraer las píldoras de formación de cada asignatura que le interese o de los profesores con los que se sienta motivado.
Durante los tres, cuatro o cinco años en la universidad, el futuro periodista deberá madurar personal y profesionalmente, deberá detectar las carencias en su formación y buscar la manera de solventarlas.
En definitiva, creo que el paso por la universidad es un buen momento para que los estudiantes que aspiran a ser periodistas potencien sus habilidades; descubran posibles intereses de cara a una futura especialización; experimenten con formatos y herramientas; aprendan a trabajar en equipo y, en definitiva, tomen las riendas de su formación y de su futura carrera profesional con un espíritu emprendedor o experimentador.
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