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¿Qué periodista te ha inspirado en tu carrera, te ha aconsejado adecuadamente, has aprendido de él o de ella, o te ha servido como modelo a imitar?
El periodismo ha funcionado durante mucho tiempo como un gremio medieval: jóvenes que comenzaban en el oficio como copistas y subían lentamente peldaños en las redacciones hasta convertirse en reporteros, editores o jefes de redacción.
La gran mayoría de estos periodistas eran hombres y hasta la década de 1970 muchos carecían de educación formal en periodismo. Las escuelas de periodismo todavía eran minoritarias y la educación universitaria de la profesión aún estaba esbozándose.
Los periodistas con más experiencia solían ‘apadrinar’ a uno o dos jóvenes y les transmitían la esencia del oficio
Todos estos periodistas aprendían el trabajo al sumergirse durante años en el ritmo de una redacción: observaban, perfeccionaban su estilo, aprendían a tratar con las fuentes, a desarrollar su olfato periodístico y, sobre todo, recibían consejos de los redactores más veteranos.
Los periodistas con más experiencia solían ‘apadrinar’ a uno o dos jóvenes, les acompañaban al inicio de su carrera profesional y les transmitían la esencia del oficio, que no de la profesión.
Era un proceso natural que poco a poco se ha ido esfumando. Porque uno de los muchos efectos negativos que ha tenido la expulsión de las redacciones de los periodistas más veteranos ha sido precisamente ese, que este proceso de enseñanza acompañada se ha perdido.
La experiencia parece un valor devaluado en las empresas periodísticas y cada vez hay menos profesionales con una amplia trayectoria en activo y con ganas de enseñar y transmitir conocimiento.
Tu mentor puede ser alguien con quien vas a tomar un café o a comer y le haces algunas preguntas o le pides consejo
Todos hemos vivido la experiencia de ser aconsejados, ya sea en nuestra vida personal o en nuestra carrera profesional. Pero puede que esa experiencia haya ido más allá y hayas desarrollado una especial relación de confianza con una persona que te ha ayudado a progresar. Ese alguien es un mentor, es decir, una persona que ha vivido algo, que ha pasado por algo, y que te puede guiar y dar consejos.
El término mentor proviene de la mitología griega cuando Ulises, rey de Ítaca, partió a luchar a la guerra de Troya y encomendó la educación de su hijo, Telémaco, a su buen amigo Mentor. Gracias a este personaje, se creó el término para referirse a la persona que actúa como consejero o guía, quien comparte su experiencia y sus conocimientos a través de encuentros con la persona que mentoriza.
Acuerdo informal de confianza mutua
Porque una relación de mentoría no es otra cosa que una persona más experimentada o con mayor conocimiento (mentor) que ayuda a otra menos experimentada o con menor conocimiento (aprendiz).
El mentor puede guiarte por atajos, presentarte a personas o incluso darte un cierto prestigio o relevancia
Esta mentoría suele ser informal y la mayoría de las veces basada en un acuerdo no verbalizado, debido a la confianza que el mentor tiene con el aprendiz. Al menos, eso es lo que me ha ocurrido siempre a mí.
Cuando hablo de que la relación es informal me refiero a que, en la mayoría de las ocasiones, tu mentor puede ser alguien con quien vas a tomar un café o a comer y le haces algunas preguntas o le pides consejo. Pero no te reúnes con él en sesiones fijas todos los miércoles a las tres de la tarde, por ejemplo. No funciona así.
No esperes que se te acerque alguien y te proponga ser tu mentor. Es un proceso natural, que lleva su tiempo y en el que tanto mentor como mentorizado se sienten cómodos.
Qué te puede aportar un mentor
¿Qué ventajas aporta tener un mentor? Muchas. El mentor puede guiarte por atajos que desconoces, presentarte a personas influyentes o incluso darte un cierto prestigio o relevancia en tu sector.
¿Cuál es la principal dificultad? Encontrar uno. Es difícil encontrar un buen mentor y es difícil encontrar un buen aprendiz.
Es difícil encontrar un buen mentor porque hay poca gente que tenga ganas de hacerlo y que, además, sirva para ello. Pero también es difícil encontrar un aprendiz porque escasea la gente que se comprometa de verdad.
La labor de mentoría es una labor de acompañamiento donde un profesional, en este caso un periodista, con tiempo y experiencia te puede ayudar en tu carrera compartiendo sus experiencias.
Como te decía al principio, la relación que se establece es parecida a la de los gremios en la Edad Media: los maestros traspasaban sus conocimientos y experiencia a los aprendices, y estos incluso trabajaban juntos. Pero, desgraciadamente, hoy en día este sistema ha desaparecido de la mayoría de las profesiones y, por supuesto, también del periodismo.
Tres tipos de mentores
¿Cómo encontrar un mentor? Lo primero es pensar en ese periodista que te inspira por su trabajo. Empieza buscando entre los compañeros de tus círculos cercanos. Alguien a quien admires y que te inspire confianza. Gente que ya te conozca, que sepa el potencial que tienes y que pueda confiar en ti.
En este caso el contacto es más directo y las posibilidades de que se establezca esa relación de mentoría informal son más elevadas.
Pero también puedes pensar en algún periodista que no conoces personalmente, pero que te gusta su trabajo. Supongo que le seguirás en redes sociales, así que se trata de interactuar gradualmente con él en su web, blog o los medios de comunicación que utilice. Poco a poco esa persona empezará a reconocerte y luego a interesarse por ti.
Y hay una tercera posibilidad: buscar un mentor invisible. ¿A qué me refiero? Pues puede ser algún periodista muy famoso que te sirva como referente, o incluso un periodista de otra época, ya fallecido, pero del que tienes oportunidad de aprender desde la observación de su trabajo y siguiendo su modelo.
Te doy un ejemplo: a mí siempre me gustó mucho Jesús Hermida. Si eres muy joven y este nombre no te dice nada, búscalo. Fue un periodista, falleció en 2015, que me inspiró, y, en cierta forma, fue también mi mentor.
Mis mentores
Yo he tenido la fortuna de contar con varios mentores a lo largo de mi trayectoria como periodista. Desde que me inicié en este oficio, cuando era todavía estudiante y pasaba los fines de semana viendo partidos de fútbol de Tercera División para un periódico local, hasta ahora que doy clases en la Universidad.
Paco Sánchez, veterano periodista de Marca, fue el primer maestro que me ‘adoptó’ y me enseñó a buscar una noticia en esos desangelados campos de fútbol de tierra de la Comunidad de Madrid. De Mariano González aprendí a buscar información y a redactar noticias de forma directa y precisa, y ahora Javier Galán me guía en el mundo de la docencia y la empresa informativa café a café y conversación a conversación.
Pero ha habido otros más: jefes, compañeros, colegas de profesión con los que, además de compartir trabajo en una redacción, desarrollé una relación de confianza, de mentoría y, en muchos casos, de amistad.
Estos han sido y son algunos de mis mentores. ¿Cuáles son los tuyos? Si no tienes ninguno te animo a que busques el tuyo.
Excelente Articulo