Hace unas semanas, un grupo de profesores de periodismo y de creación de empresas nos unimos y pusimos en marcha Periodismo Emprende, una asesoría para ayudar a los jóvenes periodistas que tienen en la cabeza una idea emprendedora.
El objetivo es apoyar a los estudiantes que quieran desarrollar un proyecto propio ofreciéndoles orientación, no solo desde el punto de vista periodístico, sino también con una clara visión empresarial.
En general a los periodistas nos asustan los números. No nos sentimos cómodos con la economía y solemos pensar mucho en los contenidos, pero muy poco en los ingresos.
Esto ha quedado reflejado ya en las primeras ideas emprendedoras que nos han llegado: los estudiantes plantean con mucho detalle qué información quieren hacer, pero apenas dedican unas líneas a cómo la van a vender, de dónde piensan sacar el dinero o qué modelo de negocio tienen en mente para empezar.
Puede que la causa tenga mucho que ver con la idea tradicional del periodista, visto como un simple productor de contenidos sin ninguna preocupación por las cuentas del medio para el que trabajaba ni por el dinero que permitía financiar su actividad.
¿Había una guerra? Los periodistas del medio de comunicación tenían que ir. ¿Hay Juegos Olímpicos? Los periodistas tienen que ir. ¿Hay una noticia de última hora en la otra parte del mundo? Los periodistas tienen que ir. Y hay que ir sin preocuparse de lo que cueste. Para eso ya están los gerentes, los administradores y los de finanzas. El dinero no iba con periodistas.
Sin embargo, la crisis del actual modelo de negocio de la industria periodística nos ha puesto ante una nueva realidad: hay que pensar en el dinero. Y no estamos preparados para ello, nos está costando.
Primero porque los periodistas nos parapetamos detrás del socorrido “yo soy de letras”. Y después, porque pensamos que no ejercemos el periodismo para ocuparnos de las cuentas.
Sin embargo, creo que tenemos que acostumbrarnos a pensar primero en el dinero. El periodismo cuesta dinero y siempre ha sido difícil hacer dinero. Aunque nos parezca increíble, la situación actual no es tan diferente de como solía ser antes.
Por eso, cuando tenemos una idea en la cabeza y nos planteamos empezar un proyecto periodístico, aunque sea muy modesto, es conveniente comenzar a dar vueltas a posibles vías de ingresos y modelo de negocio desde el primer momento.
¿Tienes una idea en la cabeza? ¿Cómo podrías financiarla? ¿Quién pagaría por tu producto? ¿Resuelve una necesidad? ¿Esa necesidad se puede cuantificar?
Si no tienes respuestas para todas estas preguntas, no te preocupes. Estás en la primera fase de tu proyecto. No quiero que me entiendas mal y que si no sabes cómo obtener ingresos, no eches a andar. Todo lo contrario: una idea hay que ponerla en marcha con pocos recursos para probarla, ver cómo funciona y mejorar.
Lo que digo es que al mismo tiempo que te enamoras de tu idea y piensas en todas las secciones de tu medio, los temas, las fotos, las redes sociales y hasta el logotipo, también te dediques a darle vueltas al tema del dinero.
Actualmente un proyecto se pone en marcha con el siguiente esquema: alguien tiene una idea, valora la oportunidad de negocio y lanza el producto o servicio, aunque sea una versión incompleta, y lo va definiendo poco a poco.
En este esquema, acción y análisis se suceden simultáneamente. Pero la acción y el análisis no debe limitarse al contenido, al producto formal. También debe abarcar el aspecto económico, es necesario probar diferentes vías de ingresos y analizar.
El objetivo es que el proyecto avance desde el principio de forma compensada y no volcar todos los esfuerzos en la parte del contenido. Porque podemos tener una gran idea y un gran producto, pero si no hemos trabajado las vías de financiación, no vamos a sobrevivir mucho tiempo.
Además, empezar a obtener ingresos desde el principio, aunque sean muy pequeños, nos va a dar moral para seguir adelante. No es igual trabajar 8, 10 o 12 meses sin ver un euro, que conseguir algo de dinero desde un primer momento.
Está muy bien ser un periodista inquieto, inconformista o con algo que decir. Pero está mucho mejor ser un periodista inquieto, inconformista o con algo que decir y que, además, piensa en cómo generar ingresos.
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