Hace unos años, no muchos, mezclar periodismo y marketing parecía algo incongruente, casi un disparate. En las redacciones tradicionales, la división entre los intereses empresariales y los periodísticos se consideraba prácticamente como la separación entre lglesia y Estado.
Sin embargo, hoy en día cada vez es más borrosa la línea entre el periodismo y el marketing. El contenido patrocinado y la publicidad nativa se preparan ya para reemplazar a la publicidad tradicional en las empresas informativas, y los nuevos proyectos periodísticos que están surgiendo tienen que redoblar sus esfuerzos por aprovechar todas las vías disponibles para obtener ingresos.
Como consecuencia de esta nueva realidad económica, los periodistas estamos aprendiendo que no podemos vivir de espaldas a las técnicas de marketing, incluso tener cierto conocimiento de ellas puede ser muy útil para crear marcas sólidas, tanto corporativas como personales.
Cuando doy clases en la universidad intento que los estudiantes entiendan cómo se posicionan los medios de comunicación y qué técnicas emplean aquellos que están teniendo éxito para que puedan aplicar esas lecciones a sus propias carreras profesionales.
Muchas herramientas disponibles
De hecho, cada vez más estudiantes tienen blogs, crean sus propios sitios web, desarrollan sus canales de YouTube o experimentan con los podcasts. Todo esto son herramientas que les ayudan a desarrollar su propia marca como periodistas.
¿Realmente qué están haciendo? Pues algo tan sencillo como aplicar técnicas del marketing de contenidos, que no es otra cosa que crear y distribuir contenidos interesantes, que aporten valor.
El éxito de una marca se reduce a la capacidad de identificar a su audiencia y ofrecer a sus usuarios o clientes algo especial o valioso. Esto es lo que hacen las grandes empresas y lo que puede hacer también un periodista individual con las herramientas que tiene a su alcance.
Sin embargo, hay un paso previo: la empresa debe definir qué es y qué hace, qué tipo de producto o servicio ofrece, a qué precio, quién es su público objetivo y qué puntos de contacto tiene con sus clientes o usuarios.
Autoconocimiento
De igual manera, un periodista que quiera desarrollar su marca debe responder en primer lugar a una pregunta: ¿quién soy y qué hago? Se trata de que analices tu situación actual, tu personalidad, tus habilidades y tu experiencia. Aquí es donde empieza la marca personal, en una labor de análisis interno.
Luego, en un segundo paso, las empresas tratan de comprender las necesidades de su audiencia y se marcan un público objetivo (o varios), porque entienden que no pueden apelar a todos, ni lo intentan.
Como periodistas, podemos tener la tentación de tratar de hacer llegar nuestro contenido a la mayor cantidad de gente posible. Pero a menudo es una estrategia mucho más efectiva seguir el ejemplo de las empresas y centrarse en unos pocos, en lugar de tratar de llegar a todos. Ya sabes eso de quien mucho abarca poco aprieta.
¿Qué contenido quiere el usuario? ¿Qué tipo de producto o servicio necesita? ¿Cuál es la experiencia del usuario cuando prueba ese producto o servicio? Las grandes empresas dedican muchos esfuerzos a dar respuestas a estas preguntas.
Piensa, por ejemplo, en Apple, Facebook, The Washington Post. Gastan mucho dinero en analizar y mejorar sus técnicas de comercialización, entender a sus usuarios e invierten en mejorar todas aquellas acciones y estrategias publicitarias o comerciales que aumenten sus objetivos.
Tú puedes seguir el ejemplo de las empresas y aplicar los principios básicos del marketing a tu marca personal. Dispones de múltiples medios y canales (blogs, redes sociales, plataformas de vídeo, podcast, etc.) para dar a conocer tu contenido, estudiar y comprender a quién te diriges y contar tu historia.
Coherencia y persistencia
Un último apunte. En el marketing, uno de los puntos clave a la hora de crear marca y asentarla es ser fiel a uno mismo. La coherencia es lo que hace que una marca se establezca y perdure en el tiempo.
Por tanto, no importa si quieres posicionarte como un periodista de investigación, un experto en datos, con experiencia en periodismo científico o un joven genio de las redes sociales. Cualquier opción es buena, pero siempre que comuniques tu mensaje de manera coherente por todas las vías y constante en el tiempo.
La coherencia en el mensaje y las consistencia en el esfuerzo son los dos últimos ingredientes que usan las empresas para posicionarse y que tú puedes tomar como ejemplo.
La labor para construir una sólida marca personal es una carrera de fondo que requiere análisis, autoconocimiento, acción, coherencia y persistencia, además de mucho trabajo.
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