Los papeles de Panamá ya están considerados como la mayor filtración de documentos de la Historia. El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ha liderado una investigación en la que el periodismo y la tecnología se han dado la mano para sacar a la luz una gran trama de sociedades ‘offshore’ conectadas con más de 200 países, y en la que aparecen más de 120 políticos, jefes de Estado o de Gobierno.
¿Por qué digo que el periodismo y la tecnología se han aliado para hacer posible esta información? Porque ambos aspectos han jugado un papel esencial en la investigación. Pero por ese orden; primero, el periodismo, y después, la tecnología. Sin talento periodístico, sin el trabajo profesional de los periodistas, no hubiera sido posible; y sin tecnología, tampoco.
La investigación comenzó hace más de un año. Los #PanamaPapers se han publicado desde 109 redacciones del planeta, con el trabajo de 370 periodistas de 76 países, en 25 idiomas.
Los documentos secretos, difundidos en España por El Confidencial y La Sexta, incluyen correos electrónicos, cuentas bancarias, bases de datos, pasaportes y registros de clientes del despacho, y revelan información oculta de 214.488 sociedades ‘offshore’. En total, más de 2,6 terabytes de información.
El mundo de las filtraciones masivas de datos requiere de una superestructura de medios y periodistas que trabajen con ese volumen de información. Y eso es lo que se ha producido en este caso: muchos periodistas en distintas partes del mundo unidos para un fin común. Es lo que algunos han llamado ‘el periodismo colmena’.
Una gran alianza de medios internacionales han gestionado y analizado grandes volúmenes de datos para arrojar luz donde se guardaban secretos. Medios de comunicación en los que trabajan periodistas. ¿Y de qué se han ayudado los periodistas? De la tecnología.
Hemos visto cómo nos han explicado los papeles de Panamá con vídeos y gráficos interactivos. Los medios que han participado en la investigación han compartido documentos en la nube, han manejado formatos de big data, rastreo de información, etc. Es decir, han utilizado todas las herramientas tecnológicas a su alcance para enriquecer su labor.
En un momento como el actual, mal llamado de crisis del periodismo, esta alianza de medios ha demostrado que la actividad periodística profesional sigue más viva que nunca, descubriendo, investigando, seleccionando, jerarquizando y difundiendo la información. Y en esta labor, las nuevas tecnologías son un aliado esencial. No sustituyen al periodismo, lo complementan, lo hacen mejor.
Los periodistas seguimos sirviendo en la sociedad actual. ¿Para qué? Para informar, informar e informar. Pero también para unir, para relacionar y para denunciar. Y en esta tarea, las nuevas herramientas tecnológicas contribuyen a hacer mejor a la profesión.
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