
Pasión por la radio. Este es el nexo de unión de Sergio Pascual y Lucía Abarrategui, unos jóvenes periodistas que, durante sus últimos años de formación y tras peregrinar por diferentes medios, se sintieron cautivados por la radio, decidieron juntarse, arriesgarse, lanzarse a la aventura emprendedora y montar su proyecto, Laboratorio de Radio.
Laboratorio de Radio se puede definir como una radio itinerante, porque Sergio y Lucía lo que intentan es acercar la radio a diferentes rincones y a diferentes colectivos, y llevan su estudio portátil allá donde les llaman. «Hemos querido dar la vuelta al micrófono y dar el protagonismo al oyente, y que sean ellos, los oyentes, los que hagan la radio», explica Sergio.
El proyecto nació a finales de 2013 cuando, tras finalizar un Máster de Radio en la Universidad Rey Juan Carlos, en el que se conocieron, decidieron apostar por un proyecto propio vinculado a su vocación y a su pasión, la radio.
«Nuestro propósito es llevar la radio a cualquier lugar y convertir en locutores a los que habitualmente son oyentes, y también a los que no lo son, como la gente joven que no escucha la radio y ni siquiera tiene el más mínimo interés», asegura Lucía.
Tras un largo peregrinaje por diferentes medios de comunicación, decidieron darse de alta como autónomos y comenzaron a organizar actividades dirigidas a niños y jóvenes, ofreciendo sus servicios a colegios e institutos en una apuesta por la radio como un recurso pedagógico, con el que fomentar la imaginación y las capacidades comunicativas.
«Necesitamos que alguien en la escuela enseñe a los niños a expresarse en público y esto se puede conseguir con la radio», cuenta Sergio, que detalla cómo es un medio ideal para que los más pequeños aprendan a documentarse, a ordenar sus ideas, a escribir un guión y a trabajar en equipo.
Pero también se fijaron en otro importante colectivo, las personas mayores. Para ellos los talleres se enfocan con una orientación terapéutica y social: «Con la radio aprenden, se lo pasan bien y olvidan sus problemas», comenta Lucía.
Sergio y Lucía desarrollan con este colectivo un género casi olvidado, el radioteatro. Ofrecen a los ayuntamientos e instituciones públicas y privadas sus servicios para organizar jornadas de radioteatro en las que los mayores se convierten en protagonistas.
Radio en bodas y clubes radiofónicos de lectura
La radio sirve para muchas cosas y ellos lo demuestran realizando programas especiales para grandes acontecimientos familiares como jubilaciones, bodas o comuniones, donde mayores y niños pueden divertirse y pasar un buen rato de una forma original y diferente.
Además, aúnan la radio con otras disciplinas como la literatura en Clubes Radiofónicos de Lectura y Escritura. Esta actividad fusiona la magia de la radio y la creatividad de la literatura en una actividad desarrollada por y para las librerías, que estén interesadas en crear un foro literario de ondas y letras.
Las dificultades para emprender
A lo largo de esta aventura emprendedora, Lucía y Sergio se han encontrado con ciertos obstáculos, sobre todo económicos. Su mayor empeño siempre ha sido acercar a todos los sectores de la población el apasionante universo de la radio al que tanto cariño tienen.
Antes de crear este Laboratorio de Radio presentaron decenas de proyectos radiofónicos para asociaciones, instituciones, ayuntamientos o embajadas, y no salió ninguno. «Esta es una historia llena de fracasos», dice Lucía, pero pese a ello, no se desmotivaron y continuaron con su idea de dedicarse a la radio. «Pensando surgió la idea de por qué no transmitir nuestra pasión por la radio a otras personas», señala.
Con este objetivo decidieron comprar el material técnico y empezaron a realizar pequeños talleres de radio en Galicia, que con el tiempo y mucho esfuerzo han ido aumentando en número y frecuencia.
«Los jóvenes periodistas no deben perder la ilusión de trabajar en lo que les guste, pero que innoven, que traten de emprender y que no se desesperen porque a todos nos han dicho que no muchas veces y nos siguen diciendo que no», afirman.
Los dos lamentan la falta de subvenciones compatibles con su proyecto. «No hemos encontrado ningún apoyo de la administración. Lo hemos intentado pero no ha cuajado. Las instituciones públicas deberían implicarse más con iniciativas como la nuestra, que trabajan con productos menos tangibles que otros pero que aportan un beneficio social», concluye Sergio.
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