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La historia de Europa Press estará marcada para siempre por la noticia de la muerte de Francisco Franco, que la agencia transmitió en primicia mundial. Fue a las 4.58 horas del 20 de noviembre de 1975. El teletipo sólo decía: «Franco ha muerto, Franco ha muerto, Franco ha muerto».
El periodista que redactó la noticia fue Marcelino Martín Arrosagary. El teletipista que la transmitió, José Luis Blanco Mascañeras. El telefonista que manejó los teléfonos fue Clemente Sanz Fernández. La alerta que desencadenó la noticia vino del Hospital La Paz, donde estaba ingresado Franco, y donde el redactor Mariano González hacía guardia desde las diez de la noche.
La historia de los detalles de la noticia están recogidos en el libro ‘De Europa a Europa’, escrito por Jesús Frías, otro de los redactores históricos de la agencia. En él rememora los treinta primeros años de Europa Press, desde su creación en 1953 hasta 1985, como «un homenaje a los periodistas que realizaron su labor durante la Transición, y cuyo quehacer fue tan importante para traer a España la democracia plena».
¿Cómo consiguió Europa Press esa noticia?
La noticia de la muerte de Franco se dio varias veces antes del 20 de noviembre de 1975 por algunas agencias extranjeras que, posteriormente, se vieron obligadas a rectificar. Los días previos al fallecimiento, Franco sufrió varias intervenciones quirúrgicas y su situación era crítica.
Durante esos días, Europa Press había establecido una serie de contactos entre diversas personalidades del ámbito político para poder confirmar la noticia llegado el momento del fallecimiento de Franco. Esas personas no iban a informar de la muerte del Caudillo, pero se comprometieron con la agencia a no mentir, y cuando Europa Press conociera la muerte de Franco, confirmarían si el hecho era cierto o no.
Una de esas fuentes informativas procedía de la propia familia del Jefe del Estado. Nicolás Franco y Pasqual del Pobil era sobrino de Franco y muy amigo de José Mario Armero, presidente de Europa Press. La segunda fuente era un alto cargo de los servicios secretos de la Presidencia del Gobierno que tenía buena relación con Antonio Herrero, director entonces de la agencia.
Y llegó el 19 de noviembre. Un redactor de Europa Press, Mariano González, acudió a La Paz, donde estaba ingresado Franco, sobre las diez de la noche para sustituir al compañero que había estado de guardia. Mientras los periodistas de los otros medios mataban el tiempo en los pasillos o el hall de La Paz, Mariano González cuenta que, sobre las cuatro de la madrugada, salió a pasear por los alrededores del hospital con un compañero de la agencia Pyresa. Ambos vieron llegar un vehículo grande con unas luces muy potentes. Mariano pensó en un principio que era una ambulancia, pero después comprobó que se trataba del coche del jefe de la Casa Civil del jefe del Estado.
Mariano González narra cómo subió a la sala donde estaban los demás periodistas y se lo comentó, pero ellos no le dieron mucha importancia. «Otros 15 minutos después llegó otro vehículo y comprobé que era el coche del teniente general jefe de la Casa Militar de Franco. Y entonces me preocupé mucho», cuenta.
En ese momento, Mariano González llamó a Marcelino Martín a la agencia. En aquellos años, los móviles no existían. Telefónica había instalado un autobús con varios teléfonos junto a La Paz para que los medios informativos pudieran realizar su trabajo. «A mí me parece que esto no es normal. Creo que Franco puede haber muerto, así que deberías llamar a nuestra fuente», recuerda Mariano que le dijo a Marcelino. La fuente era ese militar amigo del director.
«¿Si lo doy me equivoco mucho?»
Marcelino Martín Arrosagaray fue el periodista que hizo las gestiones para confirmar y transmitir la noticia del fallecimiento de Franco.
Marcelino llamó a una persona del Servicio de Información de Presidencia del Gobierno y le comunicó sus sospechas de que Franco había muerto:
-«¿Podemos salir con ese flash?», le preguntó.
-«Creo que sí», le respondió.
Pero esa respuesta no era rotunda, por lo que marcó otro número de teléfono que el director había dejado para llamar en caso de absoluta emergencia. Era el teléfono de Nicolás Franco y Pasqual del Pobil, sobrino del Caudillo.
-«¿Ya?», fue la pregunta.
-«Ya», fue la respuesta.
Marcelino quiso amarrar aún más la noticia y volvió a llamar al Servicio de Información de Presidencia del Gobierno.
-«Tenemos confirmada por otra fuente la muerte de Franco. Si doy ahora el flash, ¿me equivoco mucho?».
– «No».
Marcelino llamó a continuación al director de la agencia, le contó todas las gestiones y Antonio Herrero le dijo: «Adelante con los faroles».
«Fui al teletipista, le dije que diera el flash que teníamos preparado con la frase ‘Franco ha muerto’ repetida tres veces», cuenta Marcelino. Pero José Luis Blanco, el teletipista, se resistió en principio a dar el flash porque unos minutos antes se había recibido un comunicado de la Dirección General de Prensa en el que se decía que Franco seguía vivo, muy grave, pero vivo.
Sin embargo, Marcelino insistió: «¡Dalo ya, es orden del director!». Y José Luis Blanco apretó el botón que lanzó la noticia de la muerte de Franco a todo el mundo. Era poco antes de las cinco de la madrugada. En la redacción se hizo un silencio absoluto.
«Si lo han dado por el teletipo, es verdad»
Mientras esto sucedía en la redacción, Mariano González continuaba en La Paz haciendo guardia. Y recuerda que cuando estaba en la cafetería, alguien le avisó de que le llamaban por teléfono.
«En ese momento vi a Manolo Alcalá, del diario ‘Informaciones’, que tenía el teléfono en la mano y, cuando me vio, me preguntó:
– ¿Tú eres el de Europa Press que ha dicho que Franco ha muerto?
– Yo no he dicho que Franco ha muerto, sino que han llegado los jefes de la Casa Civil y Militar.
– Pues tu agencia ha dado que Franco ha muerto.
– ¿Cómo lo sabes?
– Porque me lo han dicho desde mi periódico.
– ¿Estás seguro de que lo han dado por el teletipo de Europa Press?
– Sí, es un flash.
– Pues si lo han dado por el teletipo y ese es el flash, es verdad«.
Dudas sobre la hora de la noticia
De acuerdo a los datos históricos que se conocen, Franco murió a las 3.20 horas de la madrugada del 20 de noviembre de 1975 y Europa Press transmitió la noticia a las 4.58 horas, según ha quedado impreso en la copia en papel del flash, que se conserva en la agencia, y en la que se imprimía automáticamente la hora.
Sin embargo, existen dudas sobre si esa fue la hora exacta a la que se transmitió la noticia. José Apezarena, entonces redactor de Europa Press, dice en su libro ‘Los hombres del Rey’ que la exclusiva se transmitió a las 4.20 horas.
Por su parte, el periodista José Oneto escribe en ‘100 días en la muerte de Franco’ que la noticia de Europa Press se transmitió a las 4.40 horas, misma hora que señala Faustino Álvarez en su libro ‘Agonía y muerte de Franco’.
Pese a que lo ha investigado con numerosas fuentes y ha hablado con los protagonistas, Jesús Frías afirma que es imposible saber con exactitud la razón de esa disparidad sobre la hora exacta de la noticia, y tampoco descarta que el reloj interno que tenía la máquina de Europa Press a través de la que se transmitió la información no estuviera bien ajustado, por lo que pese a que en la copia han quedado reflejadas las 4.58 horas, es posible que en realidad la noticia se hubiera transmitido unos minutos antes.
En cualquier caso, lo cierto es que Europa Press informó de la muerte de Franco sólo una hora más tarde de que se produjera la muerte. Radio Nacional de España no interrumpió su programación para informar de la noticia hasta las 6.12 horas, casi tres horas después del fallecimiento.
Un teletipo de 20 metros de longitud
La muerte de Franco dio lugar a que Europa Press transmitiera el texto más largo de su historia: la biografía del Jefe del Estado, que ocupó más de 70 folios, unos 20 metros de longitud.
La biografía de Franco estuvo saliendo por el teletipo durante 6 horas y 3 minutos, según recuerda Emiliano García, que fue el teletipista encargado de copiarla.
El 8 de marzo de 1976 se concedió a Europa Press el Premio Nacional de Periodismo ‘Francisco Franco’ por la labor desarrollada a lo largo de 1975, especialmente por la forma en que había informado sobre la enfermedad y muerte del Jefe del Estado.
En tan solo siete años, Europa Press había pasado de estar perseguida y acosada por el Ministerio de Información y Turismo, a recibir un premio nacional por parte del Gobierno. Sin duda, la noticia de la muerte de Franco marcó un antes y un después en la historia de la agencia, y simboliza un reconocimiento al trabajo de miles de periodistas que durante tantos años han trabajado en Europa Press, muchas veces de forma anónima, pero con un gran rigor profesional.
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