¿Qué? ¿Quién? Son dos preguntas fundamentales a las que hay que dar respuesta cuando se escribe una noticia y cuando se piensa en poner en marcha un proyecto, ya sea empezar un blog, crear un producto o lanzar un medio de comunicación.
¿De qué voy a escribir?, ¿quién me va a leer?, ¿qué voy a ofrecer?, ¿quién va a interesarse por mi producto?
Estas preguntas son complicadas de responder porque nos parecen inabarcables, nos superan, por eso conviene ponerlas en el mundo real. Para ello, mi recomendación es enfocarse en resolver el problema de una persona concreta.
Cuando en alguna charla o conversación con periodistas expreso mi convicción de que todo periodista debería tener un blog en el que mostrar sus conocimientos o habilidades, una de las objeciones que me suelen plantear con más frecuencia es que no saben sobre qué van a escribir o para quién.
Muchos se quedan en las socorridas frases: “yo no tengo nada interesante que contar” o “nadie me va a leer”. Como autoengaño y excusa para no comenzar un proyecto son un poco flojas, pero pueden valer. Al fin y al cabo, cada uno se convence como quiere.
Sin embargo, el miedo que se vislumbra tras esas dos frases tiene que ver con no encontrar el qué ni el quién: ¿qué voy a escribir y quién me va a leer?, ¿qué producto voy a crear y quién lo va a consumir?
Pero la respuesta a esas preguntas es bastante sencilla. Basta con pensar en una persona concreta a la que podamos ayudar, ya sea con un artículo en un blog, un servicio que ofrezcamos o un producto que vendamos.
El desafío a la hora de empezar cualquier proyecto es resolver el problema de una persona real, una persona que tiene nombre y apellidos.
Se trata de buscar una persona particular con un problema muy particular. Cuanto más definido y concreto sea el problema, mejor.
Si eres capaz de encontrar una persona con un problema concreto para el que puedes tener una solución eficaz, habrás localizado a la persona número 1. Y si hay una persona de tu entorno cotidiano que tiene un problema o una necesidad que tú puedes resolver, significa que posiblemente habrá más personas con ese mismo problema a las que puedes ayudar. Esto significa que quizá has descubierto un público potencial para tu producto o servicio, sea un blog o un negocio.
Cuando has identificado a una persona con un problema/necesidad para el que tienes una solución, el siguiente paso es corroborar si ese problema/necesidad lo tienen 10 personas más.
Se trata de identificar a esas personas en tu círculo más cercano. Por tanto hay que iniciar un proceso de validación, de escucha activa a tu alrededor.
En este paso hay que salir a buscar personas para hacerles preguntas que te permitan comprobar si existe un número mínimo de individuos que también tienen el mismo problema.
Y en esta fase lo fundamental es el contacto directo, preguntar y escuchar a compañeros de trabajo, amigos, familiares, etc. El objetivo es validar tu idea en tu círculo cercano, comprobar que existe un número significativo de gente con las mismas inquietudes, problemas, gustos o necesidades de esa persona número 1 que ya habías identificado.
Cuando has comprobado que tu idea puede ser útil para 10 personas, es el momento de dar el salto, ponerla en marcha y buscar a 100 más. Y aquí es donde la tecnología, las plataformas y las herramientas que podemos encontrar en Internet empiezan a jugar un papel importante para validar tu idea.
Pero recuerda que el origen de todo es una persona y un problema particular. Has respondido a quién y a qué, de forma concreta, individual; has localizado a un individuo con nombre y apellidos. Y a partir de ahí solo queda comprobar que existen más personas con ese mismo problema para el que tú puedes dar una solución.
Deja una respuesta