
Después de dos meses de la declaración del estado de alarma en España, los medios de comunicación se enfrentan a una difícil situación económica, al igual que otros muchos sectores.
La primera consecuencia directa de la crisis sanitaria para las empresas informativas ha sido el descenso de la inversión publicitaria en los medios, entre el 50% y el 80%.
En concreto, un informe de Infoadex cifraba el retroceso en el 26% durante el primer trimestre y en el 48% solo en el mes de marzo.
Por su parte un reciente estudio de Arce-Auditsa revelaba una caída de la publicidad en abril cercana al 50% en televisión, prensa y radio.
La causa de este descenso está clara: la menor inversión publicitaria de las empresas, fundamentalmente del sector de la automoción y del sector del transporte, viajes y turismo.
Solo dos semanas después del inicio del confinamiento, los editores cuantificaron en 250 millones las pérdidas por el coronavirus.
Por esta razón, las asociaciones de editores de prensa y las de radio y televisión privadas lanzaron un grito de alerta porque, pese al aumento de las audiencias y al fuerte despliegue informativo realizado para seguir la actualidad, los ingresos por publicidad se han ido reduciendo de forma continua.
Solo una semana después del inicio del estado de alarma, la Asociación de Medios de Información (AMI), que integra a los principales periódicos, solicitaba al Gobierno ayudas por 200 millones para mitigar las consecuencias negativas de la situación.
Las ayudas que pedían y las que han llegado
Básicamente solicitaban créditos blandos, la suspensión de las cotizaciones a la Seguridad Social, desgravaciones fiscales para la publicidad, la aceleración del Plan de Comunicación y Publicidad Institucional de Moncloa y la implantación del IVA digital.
¿Y cuáles son las ayudas que han llegado?
Hasta ahora, básicamente han sido tres grandes medidas:
En primer lugar una subvención de 15 millones de euros para las televisiones en abierto. Esta subvención, que fue muy comentada y criticada en redes sociales, no solo va destinada a los dos grandes grupos de televisión, AtresMedia y Mediset, sino que también va para el resto de televisiones, es decir, para Vocento, Unidad Editorial, el Grupo Secuoya, DKiss (Blas Herrero), Real Madrid TV y 13TV (Cope).
El objetivo de estos 15 millones no es compensar el descenso publicitario sino sufragar una parte de los costes fijos que tendrán que afrontar estas empresas durante los próximos meses para extender la señal de TDT al 96% del territorio español desde el 90% actual.
En segundo lugar el Gobierno ha rebajado del 21 % al 4 % el IVA para la prensa digital y los libros electrónicos, con el fin de equipararlo con las publicaciones en papel.
Y por último, en materia laboral, el Gobierno abrió la puerta a que las empresas del sector de la comunicación aleguen ante la autoridad laboral causas de fuerza mayor para aquellas áreas de su negocio que se han visto comprometidas por la declaración del estado de alarma y puedan presentar ERTEs por fuerza mayor.
Y precisamente, este ha sido el camino que han emprendido los grandes grupos de comunicación.
Vocento, Prensa Ibérica, Henneo, Godó, Unidad Editorial y, hace unos días, Prisa, han emprendido procesos de ERTE en casi todas sus cabeceras con edición en papel.
El primero en anunciar un ERTE fue Vocento. El 23 de marzo propuso un expediente de recorte salarial y de jornada del 40% dirigido principalmente a sus áreas de gestión comercial y eventos. Finalmente, el ERTE afectó a 1.300 empleados de los 2.700 que tiene el grupo en toda España, incluyendo el diario ABC.
El ajuste tiene una duración inicial de dos meses -desde principios de abril a principios de junio- pero puede ampliarse dependiendo de la duración del estado de alarma.
Le siguió el grupo Prensa Ibérica al que pertenecen El Periódico de Catalunya y Sport, y después el Grupo Godó, editor de La Vanguardia.
Por su parte, el grupo Henneo aprobó un ERTE el 23 de abril, que afectó a todos los medios del grupo como 20minutos, Heraldo de Aragón y LaInformación.com, y se aplica tanto a directivos como a personal de redacción.
También se cerraron los ERTE en los periódicos de Unidad Editorial. En el caso de El Mundo se propuso un ERTE de cuatro meses -de mayo a agosto- con diferentes niveles de reducción de jornada y se llegó a un acuerdo en el que la empresa se comprometió a no realizar despidos hasta fin de año.
Y el último en aprobar un ERTE ha sido el grupo Prisa para el diario El País.
La plantilla de El País ratificó el pasado 8 de mayo el principio de acuerdo que el comité de empresa había alcanzado con la empresa, que contempla una reducción de jornada del 11% hasta diciembre.
La reducción de jornada no se aplicará a los salarios por debajo de 33.660 euros brutos y la empresa garantizará y mantendrá el empleo actualmente existente hasta el 31 de diciembre, por lo que, con fecha 1 de enero de 2021, los trabajadores recuperarán los salarios y la jornada anteriores al presente ERTE.
En el caso de que la caída de ingresos por publicidad en durante el ejercicio 2020 fuera igual o inferior al 10%, la empresa abonará en enero de 2021 una paga lineal a todos los afectados por el ERTE de 1.000 euros brutos.
Aumento de las suscripciones digitales
Por último, hay que subrayar que algunos diarios abrieron sus webs de forma gratuita durante estos dos meses y El País, por ejemplo, retrasó hasta el 1 de mayo la implantación su muro de pago por la situación de emergencia.
También se ha producido otro fenómeno: un incremento notable de las suscripciones digitales: durante el pasado mes de abril The Guardian ganó 50.000 nuevos usuarios y en España eldiario.es, incrementó su base de socios en un 24% tras una campaña de ayuda entre su comunidad.
Evidentemente este repunte de suscriptores no servirá para neutralizar la caída de ingresos publicitarios.
Tampoco parece claro que las ayudas públicas a la prensa no es ninguna garantía para la viabilidad de los medios y solo se pueden considerar cómo soluciones desesperadas en la actual situación.
Y por otro parte se abre un gran interrogante respecto a qué pasará en los medios una vez se completen los ERTEs aprobados y la publicidad siga ausente en un contexto de crisis económica mundial.
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