
El 11 de diciembre de 2018 tres agentes de la Policía Nacional y una funcionaria judicial se presentaron en la sede de Europa Press en Baleares con una orden judicial para exigir a la periodista Blanca Pou toda la documentación relacionada con un caso de corrupción sobre el que había publicado algunas informaciones.
A pesar de la negativa de la periodista, y amparándose en el mandato judicial, las autoridades se llevaron el teléfono personal de Blanca Pou, dos ordenadores de la empresa y varios documentos en papel.
La redactora de Europa Press recibió el apoyo de toda la profesión periodística por defender el derecho al secreto profesional y negarse ante el juez a desvelar sus fuentes informativas.
Por todo ello, la Asociación de la Prensa de Madrid concedió a Blanca Pou el Premio a la Periodista Joven del Año 2018.
En esta entrevista, la periodista de Europa Press cuenta su experiencia, las conversaciones con los policías que le solicitaron información e insiste en que no entregó su teléfono móvil de manera voluntaria, sino que fue incautado junto a dos ordenadores y diversa documentación.
“Ahora sé que la Policía tuvo acceso a mis llamadas y a los posicionamientos de mi móvil”, afirma Blanca Pou, quien reconoce que posteriormente estuvo “paranoica” durante una semanas porque se sintió perseguida: “Me giraba por la calle para ver si alguien me estaba siguiendo”.
La redactora de Europa Press destaca el “espectacular apoyo” que recibió de los compañeros de profesión, de los sindicatos de periodistas y de su propia empresa.
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