
Cada vez más medios de comunicación están utilizando inteligencia artificial y bots en las redacciones para diversas tareas.
Las grandes agencias de noticias, AP, Reuters y Bloomberg, fueron las primeras en explotar el potencial de la inteligencia artificial en la escritura automática de noticias, fundamentalmente en dos ámbitos: la información económica y la información deportiva. De hecho, el 30% de las noticias de Bloomberg ya se generan con inteligencia artificial.
En el ámbito de la información financiera, los grandes medios están incorporando herramientas que permiten, por ejemplo, analizar las cuentas de resultados trimestrales de las empresas y elaborar desde evoluciones de sus beneficios o pérdidas, hasta comparativas o incluso detectar posibles anomalías.
En el deporte la agencia AP desarrolló en 2014 la primera experiencia piloto, concretamente en el béisbol, para producir crónicas y noticias basadas en datos estadísticos generados durante los partidos.
Por su parte, The Washington Post, el periódico que Jeff Bezos, el propietario de Amazon, compró en 2013, cuenta con un robot que utiliza inteligencia artificial para escribir noticias sobre política y cubrir eventos deportivos.
Una de sus primeras coberturas fue la de los Juegos Olímpicos de Río, en 2016, para la que emitió alertas breves e informes. También produjo noticias durante las últimas elecciones presidenciales de EEUU. En total en ese año, el sistema produjo 850 noticias, el 60% de ellas sobre las elecciones de EE UU que ganó Trump.
También en España se están ensayando experiencias de este tipo. El Confidencial ha creado Ana Futbot, un bot desarrollado por el Laboratorio de El Confidencial que ya está publicando crónicas automáticas de los partidos de la Segunda División B de fútbol.
Pero no solo se está utilizando la inteligencia artificial en deportes y economía, también para hacer información local.
La Asociación de la Prensa de Reino Unido ha desarrollado RADAR, una iniciativa que permite escribir historias locales para medios de comunicación de forma automatizada gracias a la información que recogen de fuentes de datos abiertas de departamentos gubernamentales y autoridades regionales y locales.
Durante su primer mes en funcionamiento, esta herramienta generó una decena de noticias y calculan que ahorró el 20% del tiempo que dedican sus periodistas a escribir informaciones corporativas. Sus impulsores estiman que serán capaces de crear cerca de 30.000 historias locales automatizadas cada mes.
Escepticismo y preocupación
El desarrollo de estas tecnologías y su llegada a las redacciones han despertado cierto escepticismo y, sobre todo, preocupación entre algunos periodistas, por la sospecha de que estos bots puedan ser una excusa para suplir a redactores.
Algunos se preguntan si estamos hablando de periodismo ¿De análisis estadístico? ¿De sustituir al pobre y maltrecho becario por un sistema basado en inteligencia artificial?
Que Bloomberg y Reuters compitan para proporcionar más ágil y rápidamente la información financiera, o que se hagan noticias inmediatas de los partidos de fútbol con los principales datos y hechos de cada encuentro es algo que pocos periodistas ven mal.
Al contrario, muchos creemos que esta automatización en la creación de contenido económico o deportivo, más ligado a la inmediatez, permite a los redactores que puedan dedicarse a labores menos rutinarias y hacer reporterismo, investigación, buscar historias o concertar entrevistas.
Poner la tecnología al servicio de la información es, sin duda, bueno. Muy bueno.
Sin embargo, el problema surge cuando empezamos a hablar de sustitución: un algoritmo capaz de analizar las cuentas trimestrales de una empresa no se cansa, no se salta algunas páginas porque no le parezcan interesantes y no se le escapa un detalle. Si además escribe una noticia sobre esa presentación de resultados, empieza a quitarle el puesto al redactor que lo hacía. Incluso puede que lo haga mejor que él.
¿Eso significa que las redacciones de los medios se van a quedar sin periodistas? Evidentemente no.
Colaboración entre periodistas y bots
El problema lo tendrán aquellos periodistas que no sepan evolucionar desde la simple redacción de la crónica de un partido o de una noticia sobre los resultados de una empresa, hacia tareas de más alto valor añadido.
Los periodistas humanos y los robots pueden trabajar juntos para un proceso de recopilación y redacción de noticias.
¿Qué pueden hacer las máquinas mejor que los humanos? Pues todo lo relacionado con la velocidad de la información y el análisis de datos.
¿Qué pueden hacer los humanos mejor que las máquinas? Dar contexto a las historias y trabajar en un mundo sin datos, donde lo importante son las historias y el interés humano.
Por muy sofisticadas que sean las máquinas, estas seguirán necesitando de una supervisión editorial (humana) en la selección, jerarquización y presentación de las historias, que en periodismo seguirán siendo lo más importante.
Sin embargo, no olvidemos una frase de Gabriel García Márquez que, escuchada ahora, parece tener más sentido que nunca: “Los periodistas se han extraviado en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro”.
¿Terminaremos dejando que sea la inteligencia artificial quien nos diga sobre qué tenemos qué escribir, cómo tenemos que titular nuestras noticias y en qué datos debemos enfatizar? ¿A favor de qué? ¿De la inmediatez? ¿Del SEO? ¿Del perfil sociológico de los lectores? Y, en caso afirmativo, ¿seguirá llamándose periodismo?
El reto es considerar a los robots, a la inteligencia artificial, como una herramienta más en el ejercicio del periodismo.
Es lo que está haciendo Reuters, por ejemplo, con una herramienta que ayuda a los periodistas a detectar las noticias de última hora en Twitter, y eliminar fuentes no confiables.
Esta herramienta de inteligencia artificial revisa 700 millones de tuits diarios en tiempo real, y marca las posibles noticias de última hora que cumplen con ciertos requisitos de interés periodístico y de veracidad programados en el algoritmo.
Busca grupos de tuits similares que tenga que ver con la “clasificación de interés periodístico” y luego verifica la fuente atendiendo a factores de su perfil, como seguidores, archivos adjuntos, enlaces y estructura de tweets.
Esencialmente, imita el procedimiento periodístico inicial en un alcance y velocidad imposibles para un humano. Luego presenta estos hallazgos a los periodistas para que estos completen la verificación para asegurar que la fuente y la historia sean aptas para su publicación.
Los más pesimistas dicen que en algún momento todo internet va a estar lleno de contenido artificial visual y escrito, indistinguible a primera vista del creado por humanos.
Y esto va a ser un problema sobre todo por el volumen. Nos va a ahogar. Nadie tiene tiempo para dudar de todo.
No se puede detener el avance de la tecnología y sólo cabe tomar conciencia de la necesidad que tenemos los periodistas de formarnos en estas nuevas herramientas, de comprender sus posibilidad y cómo aplicarlas a la profesión.
Por tanto, si tú que me estas escuchando eres periodista te diría que creo que tú no vas a ser sustituido por un robot. Eso sí, tú vas a ser sustituido por alguien que entienda a los robots.
¡Un artículo muy interesante! Un saludo.